Curro Fetén, Linares 30 de agosto de 1967
Llegamos a Linares al filo del mediodía, con el tiempo
justo de tomar parte en los actos conmemorativos que, en honor del coloso
Manolete, ha programado el Ayuntamiento. Veinte años en los que han pasado
muchas cosas en el mundo del toro, pero en cuyo transcurso, la memoria de
Manuel Rodríguez sigue presente en la mente de los buenos aficionados,
manoletistas o no, que de todo hubo. Y al cabo de los veinte años, un homenaje
póstumo, como prueba evidente de que no se le olvida, de que su nombre y su
gesta permanece tan viva, tan presente, tan actual como siempre.
A las doce de la mañana, en el ruedo de la plaza de
toros, una cruz hecha de flores, en el lugar donde cayó mortalmente herido. D.
Evaristo Sánchez dice una misa por su alma, a la que a la que asisten entre
otros, el sobrino del Monstruo, Rafael Soria Molina "Lagartijo", su
banderillero Cantimplas, don Álvaro Domecq, Carnicerito de Málaga, José Luis de
Córdoba, ese periodista cabal que fue íntimo de Manolete y una multitud de
aficionados, toreros y periodistas taurinos. Acto seguido, toma la palabra el
alcalde, Sr. Valmaseda, nuestro compañero Rafael Campos de España y don Álvaro Domecq. Se procede después al
descubrimiento de una lápida en la fachada de la plaza de toros, obra del
laureado escultor Amadeo Ruiz Olmos.
A las cinco cuarenta y cinco de la tarde, las
cuadrillas hacen el paseo destocadas y luciendo lazos negros. Se guarda un
minuto de silencio, se musitan unas oraciones y una voz grita Gloria a
Manolete! desde una garganta y un corazón emocionado por el recuerdo. A
Manolete lo mató un toro de Miura, Islero, pero también lo mataron un poco los
públicos, insaciables en sus exigencias, los enemigos, los envidiosos, los irreconciliables
que sólo contaban sus millones, sin tener en cuenta que habían sido ganados a
fuerza de muchos sacrificios, de muchos sudores, de mucha sangre derramada
generosamente. Descanse en paz, pero no olvidamos la gran lección que nos dio
el destino. Cuántos remordimientos de conciencia promueve su recuerdo. No
caigamos en el mismo pecado otra vez, para no tener que hacer penitencia de
nuevo...
LA TARDE DE JOSÉ FUENTES
CUATRO OREJAS Y RABO PARA JOSE FUENTES. ¿QUE DIRA
PABLO?
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde
en Linares, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes.-
30-8-67
Como ya les manifestamos ayer, la última de la feria
quedó, por ausencia del lesionado Antonio Ordóñez, en un forzado mano a mano
entre José Fuentes y Francisco Rivera Paquirri, así como la inclusión en el
cartel del famoso rejoneador don Álvaro Domecq Romero. Gran entrada y mucha
expectación en torno a este festejo en el que se han lidiado siete toros de don Juan Pedro Domecq,
que cumplieron.
No sabemos qué dirá Pablo, un excelente aficionado
local al que parte del público interrogaba con un: ¿Qué dirá Pablo? cuando
estaba actuando el gran torero que es José Fuentes. Sin duda el bueno de Pablo
diría lo que han dicho todos cuantos aficionados han concurrido a este tercer
festejo mayor de las ferias y fiestas de San Agustín. Diría sin duda que en
José Fuentes hay un torero de proporciones extraordinarias, una figura
auténtica de la Fiesta. Porque viéndole torear como esta tarde ha toreado con
capa y muleta, uno, como aficionado, no tiene más remedio que quitarse el
sombrero. Sus templados lances a la verónica, han sido de perfección absoluta y en quites, le
tenemos anotado uno por chicuelinas en las que no cabe mayor armonía, gracia y
garbo, amén de otro por verónicas de delantal en las que ha conjugado de
maravilla los más ortodoxos postulados del bien
torear. Ha sido pues, la tarde de
José Fuentes, triunfal en todos los conceptos. Una tarde en la que su suprema
elegancia, la majestad de su toreo único, el temple, el dominio, la suprema
facilidad de su bello estilo, han ido hermanados con la perfección de un toreo
de cercanías extraordinarias. Un toreo en el que, pisando firme y seguro, en el
terreno de los revolucionarios, José Fuentes ha toreado como él sabe hacerlo,
con fácil inspiración creadora y con un sentido de autenticidad extraordinario.
Su toreo de esta tarde al natural ha sido un regalo para los aficionados que se
le han entregado por completo, interpretados con compás y ritmo pleno de
belleza. Y con la mano derecha, los redondos, abaniqueos, afarolados, molinetes
y pases de adorno que han cobrado categoría de lo fundamental, al recrearse el
artista en un toreo rico en bellos matices. Con la espada, fácil y seguro, ha
matado a su primero de estocada y dos golpes de cruceta, al tercero de lidia
normal, de pinchazo y tres golpes de verduguillo. Cortó oreja al que abrió
plaza con petición de otra; las dos y rabo en el tercero tras realizar una gran
labor muletera dando dos triunfales vueltas al ruedo. Al tercero de su lote,
soso y sin clase, le cortó una oreja. Una gran tarde de José Fuentes en la que
ha dejado patente su condición de figura del toreo mostrando su gran momento
artístico.
Paquirri, siguiendo la línea de torero arrollador que
lleva marcada desde mediados de temporada, ha estado en todo momento en plan de
torero largo y poderoso, dominador de todos los recursos de la lidia. Con el
capote ha brillado con luz propia al saludar al primero y tercero de sus enemigos
con largas de rodillas en las que ha dejado llegar a sus enemigos muy cerca,
para sacárselos de encima con desahogo y soltura. Y a la verónica ha toreado
como el que mejor pueda presumir de ello, ganándose grandes y merecidas
ovaciones. En quites se ha mostrado variado y oportuno y en todo momento ha
dejado patente su buen momento artístico. En el segundo tercio, ha brillado en
tan difícil y vistosa suerte. Los pares al cuarteo, los quiebros de gran
precisión, le han valido sonoras ovaciones. Y con la muleta , ante toros que
han ayudado poco al quedarse muy cortos y faltos de clase, ha estado
valentísimo en todo momento, logrando tres excelentes faenas, en las que a
fuerza de exponer valerosamente, ha logrado muletazos que le han valido música,
oles y ovaciones generales. Pero cuando tenía los trofeos conquistados, la
espada vino a robarle las orejas que había ganado sobradamente por su labor en
los tres tercios. Mala suerte la de
Paquirri, que ha tenido que saludar repetidamente desde el tercio en sus tres
toros para corresponder a las ovaciones que se le tributaban.
Entre los toros segundo y tercero, actuó el caballero
rejoneador don Álvaro Domecq Romero, que
ha tenido una espléndida actuación. Su bello estilo de monta, la perfecta
colocación de los hierros de castigo, así como las banderillas a una y dos
manos, le ha hecho escuchar grandes ovaciones que se han visto traducidas en el
premio de las dos orejas y el rabo tras matar de certero rejón al bravo y noble
toro de don Juan Pedro Domecq. Un triunfo rotundo y merecido del gran caballero
jerezano.
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