sábado, 30 de septiembre de 2017

SEVILLA: DIEGO PUERTA, CURRO ROMERO Y JOSE FUENTES DEJAN SU AROMA EN EL VERANILLO DE SAN MIGUEL. 30-9-67

Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Sevilla, primera de la Feria de San Miguel, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes 30-9-67
 El veranillo de San Miguel aprieta de firme por estas bellas tierras béticas, tanto, que parece que estamos en plena canícula. Sevilla, como no, presenta un aspecto maravilloso. Su cielo azul, esplendoroso, su ambiente inigualable y por la tarde, los toros, mágica palabra que lo dice todo para el más completo disfrute de naturales y foráneos que llegamos a la ciudad de la gracia para presenciar sus festejos feriales.  
La Maestranza registra una gran entrada. El cartel tiene indudables alicientes y los aficionados, puertistas y romeristas, llegan casi casi a las manos a la hora de hablar de sus ídolos. También hay gentes de la tierra del Santo Rostro, muchos aficionados de Jaén y Linares que han venido a ver a José Fuentes. Los toros pertenecen a la prestigiosa vacada de Núñez Hermanos. Son ante todo toros de verdad, con pitones, con trapío, con casta, aunque algunos con poca fuerza y con las dificultades propias de los toros de raza y no de los borregos al uso.
Sin embargo, el primero de la tarde no tiene fuerza en las manos.  Diego Puerta lo saluda con unas verónicas que se jalean, pero la res, tras tomar una vara, llega a la muleta doblando y sin lucimiento posible. Está más tiempo en el suelo que en pie. Gran bronca y breve trasteo del sevillano que remata al inválido de media y descabello, siendo aplaudido. Es cuarto sí es todo un toro. Un toro de los de antes de la guerra, que dicen los castizos. Un toro con cuajo, con dos pitones de miedo y la cara en las nubes. Es un toro áspero con el que Diego Puerta se la juega en una faena tremenda  de emoción. Una de esas faenas en las que el ay! brota de las gargantas para quedar roto con el olé! del respiro. Lo que ha expuesto ante este toro el maestro de San Bernardo no es para decirlo, es para verlo. Todo el mundo estaba asustado. Todos, menos el torero, que a fuerza de poderío, valor y casta torera, ha cuajado una gran faena. Ha sido la entrega más absoluta que recordamos en el  toreo. Por la plaza cruzaba el fantasma de la cornada, el público permanecía con la respiración contenida hasta que el joven maestro remataba las series de muletazos diestros con los forzados de pecho o los toreros abaniqueos. Algo tremendo que nos ha tenido con un nudo en la garganta. Pero estaba escrito, tras la valerosa entrega, Diego Puerta no obtendría galardones pues la espada, mejor dicho, el verduguillo, le robó los trofeos tan gallardamente conquistados con su emotiva labor muletera y dejaron la cosa en una clamorosa ovación con saludos desde el tercio. Era igual, su hazaña quedará en el recuerdo de los aficionados.


Diego Puerta saluda
 a los aficionados

El segundo de la tarde perteneciente a Curro Romero, es devuelto a los corrales antirreglamentariamente. Se corre el turno y sale el quinto al que Curro le forma un alboroto con el capote. Cómo torearía a la verónica, con qué temple y duende, que hubo de saludar en dos ocasiones montera en mano para corresponder a las ovaciones que se le tributaban. Una vara tomó la res, derribando caballero y montura. A la muleta llegó con buen son. Curro inició su labor muleteril con unos ayudados por alto de inmejorable cuño que se jalearon con fuerza, para continuar toreando después, entre el general beneplácito, por derechazos, naturales y de pecho a los que infundía su personal sello torero. Por resultar la espada desprendida en la estocada, la cosa quedó en una gran ovación con saludos. El quinto es de Arauz de Robles y mansurronea más de lo debido, llegando a la muleta con corta acometida y contraestilo. Romero le realiza una breve faena y al no estar acertado con el acero, pues precisó de cinco entradas con la espada y cuatro golpes de cruceta, le pitaron sus miles de partidarios, los mismos que se habían roto las manos ovacionándole en su primer enemigo. Qué le vamos a hacer...


Una preciosa verónica de Curro Romero

De haber tenido mayor fortuna con el acero en sus dos enemigos José Fuentes hubiera contabilizado las orejas de sus dos toros. Porque el joven diestro de Linares ha tenido una actuación plena de aciertos. Una tarde completísima en la que el fino y elegante artista ha cautivado a la exigente afición sevillana con su toreo de capa y muleta rico en bellos matices. La elegante apostura de su figura, su natural elegancia, su ortodoxa forma de interpretar el toreo, han calado hondamente en esta inteligente afición. Con capote y muleta ha bordado el mejor y ms auténtico toreo en redondo y al natural. Pases largos, templados, mandones, plenos de ritmo y de hondura en los que ha dejado patente su condición de figura del toreo. Ya era hora de que le viesen en Sevilla, pues este torero no había tenido ocasión de lucir su arte, unas veces por fás y otras por nenfas. Pero hoy, José Fuentes ha quedado consagrado a pesar de no haber estado afortunado con la espada, porque si mata como en él es usual, su triunfo hubiera sido grande. Mató a su primero de pinchazo, media y descabellos y al sexto de cuatro entradas. En ambos fue ovacionado con saludos.


José Fuentes con el sexto de la tarde.
(Fotos: El Ruedo)

Y nada más, hasta mañana a esta misma hora, desde Sevilla y su feria de San Miguel, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches.

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http://www.segunlamaneradever.com/products/sevilla-feria-de-san-miguel-30-septiembre-1-octubre-1967/

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