lunes, 10 de septiembre de 2018

GLOSA A DON PABLO MARTÍNEZ ELIZONDO. 18-10-68


EN LA MUERTE DE  DON PABLO MARTINEZ ELIZONDO "CHOPERA"
Curro Fetén  entrevista a D. Pablo Martínez Elizondo
 en una imagen de archivo

Era un hombre duro. Un hombre hecho a sí mismo, aunque fueran importantes sus principios. Su padre tenía cuadra de caballos y puso a sus hijos en el camino del trabajo. Trabajar y trabajar. Por eso al ocurrir su muerte, era un magnate de las finanzas taurinas, el patriarca de la casa Chopera. La amplia casa Chopera que está unida por el mismo símbolo de la actividad. Con don Pablo, don Manuel y don Antonio, hermanos del patriarca y eficaces colaboradores. Después Manolo y Jesús, hijos de don Pablo y José Antonio y Javier, hijos de don Manuel. Como coordinador de todos los afanes viajeros y organizadores, el representante en Madrid, Ramón Edo, un miembro más del clan Chopera.
Ha muerto don Pablo Martínez Elizondo y su muerte sentida por toda la España taurina, tiene que ser circunstancia que galvanice todavía más el espíritu de equipo de todo el grupo.  Hay que continuar la obra que iniciara piedra a piedra, escalón a escalón el gran don Pablo.
Sería difícil enumerar los hitos de la vida de este gran hombre desde su actividad como monosabio a la de empresario y titular de muchas plazas de España. Su actuación como apoderado en la continua orientación de Paco Camino o en el meteórico dirigir de El Cordobés, su promoción de la fiesta taurina en tierras americanas o ese dejar dos joyas de la moderna arquitectura torera en Badajoz y Marbella. Y todo será poco ante la personalidad humana de don Pablo, que trajo al mundo taurino un sello de auténtica seriedad.
Aire de vasco consciente, mirada entre paternal y penetrante, hablar suave casi siempre y encendido algunas veces, tacto, afabilidad y sensible agudeza. Todo al servicio de una vida entregada al trabajo en pro de la organización de empresas taurinas. Descanse en paz..
D.Pablo y su esposa. Foto: archivo personal #CurroFeten


Curro Fetén con Manolo Martínez Flamarique,
"Chopera" hijo,
con quien mantuvo una gran amistad
que continuó por siempre...


DONDE LO IMPOSIBLE SE HACE REALIDAD. CASTELLÓN 1-5-68


EL FESTEJO DEL PRIMERO DE MAYO
DIEGO PUERTA, MANOLO CORTES Y EL CORDOBÉS, EN TARDE DE APOTEOSIS. NO HAY BILLETES EN UNA DESLUCIDA CORRIDA DE NUÑEZ

Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Castellón, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes. 1-5-68
El coso castellonense ha registrado una de las mayores entradas de su historia. Desde hacía tres días no se encontraba una localidad ni por recomendación, por lo que la reventa ha hecho lo que se dice su agosto. El cartel era de verdad de los que arrastran a multitudes.: Diego Puerta, máximo triunfador de la feria de abril sevillana; Manuel Benítez El Cordobés, el multitudinario torero de Palma del Río y el nuevo valor de la torería Manolo Cortés,  con toros de los herederos de don Carlos Núñez, que han dado en conjunto regular juego.
Tras hacer las cuadrillas el paseíllo en medio de sonora ovación, se procedió en el ruedo a hacer entrega al triunfador, Diego Puerta, del trofeo que conquistara en la pasada feria de la Magdalena, en un acto que resultó muy emotivo.
Acto de entrega del trofeo al triunfador de la pasada
Feria de la Magdalena al diestro Diego Puerta.
Al primero de la tarde lo saludó Diego Puerta con unas hermosas verónicas que se jalearon con fuerza, pero el toro,  tras haber saltado de salida al callejón y tomar dos varas, llegó al tercio final acusando poca fuerza, lo que hacía que se quedase cortísimo, desluciendo mucho. Pese a ello, el de San Bernardo llevó a cabo una entonada labor muletera en la que destacó un toreo sobre la mano diestra que mereció el general aplauso. Una buena estocada y un certero descabello acabaron con la vida del deslucido animal.
En el cuarto de la tarde, el arte señero del sevillano marcó el máximo del éxito. El capote del saleroso artista se metió en verónicas de soberbio trazado y en quites por chicuelinas que bordó, entusiasmando a la parroquia. Con la franela, la actuación de joven matador fue pura filigrana. Centrado, torero y mas artista que nunca, muy dentro de la nueva línea que lleva marcada, toreó con gusto  y arte, con suprema maestría.. Sus derechazos de templado trazo, sus naturales de hondura admirable y los de pecho, de pitón a rabo, le valieron la música, oles y ovaciones incesantes. Fue una faena medida, justa, armoniosa en la que todo tuvo su razón y su porqué, su sentido y su fin. Una faena excelente que se siguió con creciente entusiasmo hasta que una gran estocada puso adecuado remate a la hazaña y la plaza se cubrió de pañuelos en demanda de los máximos trofeos para el triunfador. La presidencia solo otorgó las dos orejas pese a la demanda unánime y Diego tuvo que dar hasta cuatro vueltas al ruedo en medio de atronadoras ovaciones, sacando a saludar a sus compañeros de terna y en unión de ambos dio la postrera vuelta al ruedo. La bronca que se ganó el usía debió escucharse en Sevilla.
 El Cordobés ha tenido una tarde auténticamente triunfal en sus dos toros. A su primero lo saludó con seis verónicas y media de tal temple y clasicismo que la plaza se volcó en oles y ovaciones. Fueron verónicas de perfecto juego de brazos que cogieron por sorpresa y con la natural complacencia. Una de las mayores sorpresas que reserva El Cordobés para este año, pues su depurado estilo de lances a la verónica dará mucho que hablar a sus partidarios y que rabiar a sus detractores. Verónicas buenas de verdad, de las que entran pocas en docena y a las que el genio de Palma del Río confiere su personal estilo. El toro, que había tomado dos varas saliendo suelto, llegó a la muleta con bríos y Manolo lo aprovechó para instrumentarle una completa faena, iniciada con un pase de molinillo y continuada con otros por alto y varias series de pases naturales en los que jugó cintura y muñeca de forma insuperable. También el toreo sobre la diestra le salió tan templado y perfecto que las ovaciones acallaban la música torera. Vino después su toreo lleno de arranques y emociones: ese pasarse a su enemigo a la mínima distancia,  ese sacar muletazos inverosímiles en terrenos prohibitivos, esa parcela de angustia y de muerte en la que él pisa como si fuera su propia casa y en verdad lo es. Es el sitio, el terrible sitio en donde lo imposible se hace realidad a base de entrega, poderío y valor.  Faena tremenda de principio a fin. Labor muletera en la que la emoción no tuvo un solo instante de reposo por el sitio que pisaba el genio y por la maestría que ponía en salvar en última instancia, las fieras acometidas. Por ello, cuando cobró una corta, que mató sin puntilla, la plaza que ya alboreaba mediada la faena de pañuelos de triunfo, solicitó y obtuvo las dos orejas y el rabo del de los Herederos de Carlos Núñez con cuyos máximos trofeos dio El Cordobés aclamada vuelta al ruedo. El quinto sale echando las manos por delante y salta al callejón, llegando a la muleta con corta acometida, tras tomar una única vara. Manolo vuelve a pisar el sitio de honor que le ha dado fama y está valiente y torero  logrando otra interesante faena que al ser rematada con media y descabello le vale otra oreja  y la ovación del público que le acompaña al final del festejo cuando abandona la plaza.
Manuel Benítez El Cordobés
Nos gustó mucho Manolo Cortés en sus dos primeras actuaciones como matador de toros que tuvimos la suerte de ver en las Fallas valencianas. Nos gustó por su fino estilo, por su empaque, por ese toque de señorial prestancia, de natural majestad que sabe imprimir a su toreo. Y nos ha vuelto a gustar hoy porque aquel matador novel que vislumbramos en gran figura en las pasadas Fallas, ha cuajado en una espléndida realidad, en un matador de toros de los que darán gloria y fama a su pueblecito sevillano de Gines. Y mucha más gloria al toreo, que tiene en él a una de sus figuras más serias y firmes. Esta tarde ha vuelto a triunfar de forma clamorosa. Un triunfo logrado por la angosta senda del clasicismo, del más depurado toreo, de la verdad y de la sinceridad más ortodoxa dentro de la fiesta. Su capote, aires de Ronda lo mecen, borda la verónica fundamental con tal empaque, con tal majestad que los oles han sonado con lo rotundo de la verdad que sale del corazón. Y olés tan sentidos se ha sabido ganar en un quite por chicuelinas y unos lances por gaoneras que quedaron como modelo de faena. Desde los ayudados, con cite en los medios,  pasando por los naturales de lento juego y los derechazos templados y firmes hasta la estocada final que tumbó a su enemigo de un certero descabello, todo tuvo calidad, emoción de cercanía y esa otra emoción que brinda en el toreo la estética. Dos orejas y rabo fueron los trofeos que el joven matador de toros paseó por el ruedo en dos ocasiones y que le hacen entrar de lleno por la estrecha puerta que conduce a la gloria, la riqueza y la fama. El sexto, descompuesto de cabeza y punteando, no es toro para estar con él en plan de hacerle el toreo bueno que el muchacho practica, pero lo brinda a sus compañeros de terna y eso le obliga a jugársela en una enorme y bizarra faena en la que pese a que su enemigo embiste con la cara alta, logra varias series de pases sobre ambas manos que se premian con música y ovaciones. Mata de pinchazo y estocada y hay petición de oreja y paseo en triunfo por el ruedo en hombros de los entusiastas.-