COGIDA Y
MUERTE DEL BANDERILLERO ANTONIO RIZO PASTOR
Bilbao, 23-8-66
Fue en el
segundo tercio del tercer toro de la tarde. Antonio Rizo salió normalmente de
prender el segundo par, cuando tropezó en la arena y dando traspiés, chocó de
cabeza contra las tablas de la barrera, casi debajo de la puerta que dá paso a
la esperanza de la enfermería. Se rehÍzo el torero, se incorporó y volvió de
cara al peligro del toro jerezano que se le venía encima. No hubo forma de
evitar la tragedia. El toro le cogió de lleno contra las tablas y le metió todo
el pitón. Al revuelo de un capote, dejó el criminal la presa, se incorporó el
bueno de Rizo, se echó las manos al pecho y cayó en la arena. Ni un gesto.
Prestas las asistencias le llevaron nerviosamente a la enfermería. Por la
puerta de la esperanza le vimos desaparecer, en un último paseo en hombros.
Antonio, el buenazo de "Rizos", ya no estará más con nosotros. El
destino cruel, implacable, acabó con una vida de honradez, de caballerosidad.
Una vida en la que siempre vino dedicado a cultivar su afición, esa afición
que, desgraciadamente, le ha llevado a morir en una plaza de toros.
Dicen por
ahí , los que blasonan de estar en posesión de la verdad, que hoy sólo se torean
borregos. Esta mañana, un diario de Bilbao ha publicado en letra impresa que
mueren más albañiles que toreros. Hoy, que sepamos y Dios quiera que nunca, no
ha muerto ningún albañil, pero sí un torero. Un torero modesto, un subalterno
de la cuadrilla de otro torero que está en la difícil lucha por la gloria y por
la fama. Un banderillero de Andrés Torres "El Monaguillo" al que
todos, cariñosamente, llamábamos "Rizos". Lo mató un toro de Álvaro
Domecq, llamado "Bolero", negro lombardo, marcado con el numero 176 y
de 578 kilos de peso. Un toro con dos respetables pitones. Un toro en una
palabra, que como otros muchos que salen por los ruedos de España -y ya es hora
de que el público lo sepa- no era ni un hato ni un borrego. Por ello, en esta
hora de musitar oraciones, me embarga un coraje, una rabia tremenda contra los
que diciendo defender la fiesta, más la atacan. Porque esta tarde en el coso de
Vista Alegre de Bilbao, un toro de verdad, de los muchos que vemos a lo largo
de la temporada, ha segado la vida de un torero, de un hombre bueno que se
llamó Antonio Rizo Pastor y del que nos
enorgullecíamos con ser su amigo.
En la
enfermería de la plaza y firmado por los doctores San Sabastián, Bourio y
Corcostegui, nos facilitaron el siguiente parte: "Antonio Rizo Pastor, de
37 años, ha ingresado en estado agónico, efecto de una herida que penetrando en
el tórax a nivel de la línea mamilar del 5ª espacio
intercostal derecho, desgarra aurícula y
ventrículo derecho en cuyo interior se encuentra
fragmento óseo.
Pronostico mortal de necesidad."
La
corrida, al conocerse la triste noticia, fue suspendida a petición de los
espadas alternantes y por autorización de la presidencia, desfilando el público
que llenaba la plaza, en medio de respetuoso silencio y dentro de la mayor
consternación.
El padre Bartolomé Rizo, hermano de Antonio, oficiando el responso en el momento del entierro. |
Ficha de
la corrida:
Se
lidiaron 4 toros de don Álvaro Domecq, esplendidos de lámina y presentación. Pelearon muy bien
con los montados y no ofrecieron dificultades para los espadas alternantes en
tan luctuosa corrida. Paco Camino, oreja en su primero y dos orejas en el
cuarto de la tarde que abría de ser el último de los lidiados en tan triste
jornada. Manuel Benítez "El Cordobés", dos orejas en el único que
pudo matar.El Monaguillo, petición de oreja con vuelta al ruedo en el tercero
de la tarde.
Y nada
más. La fiesta sigue. Mañana, otros tres hombres se enfrentarán a otras fieras
en esta hermosa lucha que es siempre el toreo. Una fiesta en la que se vive y
se muere de verdad, aunque muchos que van de aficionados digan que es de
borregos y figurones. Curro Fetén, servidor, les desea a todos muy buenas
noches.-
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