martes, 23 de agosto de 2016

EN EL ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE ANTONIO RIZO PASTOR

COGIDA Y MUERTE DEL BANDERILLERO ANTONIO RIZO PASTOR
Bilbao, 23-8-66

Fue en el segundo tercio del tercer toro de la tarde. Antonio Rizo salió normalmente de prender el segundo par, cuando tropezó en la arena y dando traspiés, chocó de cabeza contra las tablas de la barrera, casi debajo de la puerta que dá paso a la esperanza de la enfermería. Se rehÍzo el torero, se incorporó y volvió de cara al peligro del toro jerezano que se le venía encima. No hubo forma de evitar la tragedia. El toro le cogió de lleno contra las tablas y le metió todo el pitón. Al revuelo de un capote, dejó el criminal la presa, se incorporó el bueno de Rizo, se echó las manos al pecho y cayó en la arena. Ni un gesto. Prestas las asistencias le llevaron nerviosamente a la enfermería. Por la puerta de la esperanza le vimos desaparecer, en un último paseo en hombros. Antonio, el buenazo de "Rizos", ya no estará más con nosotros. El destino cruel, implacable, acabó con una vida de honradez, de caballerosidad. Una vida en la que siempre vino dedicado a cultivar su afición, esa afición que, desgraciadamente, le ha llevado a morir en una plaza de toros.
Dicen por ahí , los que blasonan de estar en posesión de la verdad, que hoy sólo se torean borregos. Esta mañana, un diario de Bilbao ha publicado en letra impresa que mueren más albañiles que toreros. Hoy, que sepamos y Dios quiera que nunca, no ha muerto ningún albañil, pero sí un torero. Un torero modesto, un subalterno de la cuadrilla de otro torero que está en la difícil lucha por la gloria y por la fama. Un banderillero de Andrés Torres "El Monaguillo" al que todos, cariñosamente, llamábamos "Rizos". Lo mató un toro de Álvaro Domecq, llamado "Bolero", negro lombardo, marcado con el numero 176 y de 578 kilos de peso. Un toro con dos respetables pitones. Un toro en una palabra, que como otros muchos que salen por los ruedos de España -y ya es hora de que el público lo sepa- no era ni un hato ni un borrego. Por ello, en esta hora de musitar oraciones, me embarga un coraje, una rabia tremenda contra los que diciendo defender la fiesta, más la atacan. Porque esta tarde en el coso de Vista Alegre de Bilbao, un toro de verdad, de los muchos que vemos a lo largo de la temporada, ha segado la vida de un torero, de un hombre bueno que se llamó Antonio Rizo Pastor  y del que nos enorgullecíamos con ser su amigo.
En la enfermería de la plaza y firmado por los doctores San Sabastián, Bourio y Corcostegui, nos facilitaron el siguiente parte: "Antonio Rizo Pastor, de 37 años, ha ingresado en estado agónico, efecto de una herida que penetrando en el tórax a nivel de la línea mamilar del 5ª espacio intercostal derecho, desgarra aurícula y ventrículo derecho en cuyo interior se encuentra fragmento óseo. Pronostico mortal de necesidad."
La corrida, al conocerse la triste noticia, fue suspendida a petición de los espadas alternantes y por autorización de la presidencia, desfilando el público que llenaba la plaza, en medio de respetuoso silencio y dentro de la mayor consternación.

El padre Bartolomé Rizo, hermano de Antonio, oficiando el responso
en el momento del entierro.

Ficha de la corrida:
Se lidiaron 4 toros de don Álvaro Domecq, esplendidos  de lámina y presentación. Pelearon muy bien con los montados y no ofrecieron dificultades para los espadas alternantes en tan luctuosa corrida. Paco Camino, oreja en su primero y dos orejas en el cuarto de la tarde que abría de ser el último de los lidiados en tan triste jornada. Manuel Benítez "El Cordobés", dos orejas en el único que pudo matar.El Monaguillo, petición de oreja con vuelta al ruedo en el tercero de la tarde.


Y nada más. La fiesta sigue. Mañana, otros tres hombres se enfrentarán a otras fieras en esta hermosa lucha que es siempre el toreo. Una fiesta en la que se vive y se muere de verdad, aunque muchos que van de aficionados digan que es de borregos y figurones. Curro Fetén, servidor, les desea a todos muy buenas noches.-

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