6 Novillos
de Urquijo-Murube
§ Andrés
Torres “El Monaguillo”
§ Paco
Pallares
§ Manolo Espinosa “Armillita
PRESENTACION
DE ARMILLITA EN BARCELONA.-
Comentario a la Corrida de Novillos
celebrada esta tarde en Barcelona, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor
de ustedes.-
La tarde tenía un claro signo de emotividad.
En el cartel, un debutante, Manolo Espinosa “Armillita” espigado, con una gran
figura de torero, lucía un precioso terno verde y oro. El hijo de aquel
Armillita, hacía su presentación en España en la plaza en que lo hizo su padre.
Para tal acontecimiento se formó un cartel de auténtico lujo. Seis novillos de
Urquijo-Murube, finos de lámina y muy bien encornados. Una novillada muy en el
tipo de la casa, de la que los dos primeros no han aportado nada en honor a la
renombrada divisa. Los cuatro restantes han cumplido con los montados
evidenciando su casta. A uno de ellos, el cuarto, le dieron la vuelta al ruedo entre
protestas de los graderíos, muy justificadas pues no fue res merecedora de tal
honor.
Descubiertos
y luciendo crespones negros han desfilado las cuadrillas, las cuales al llegar
a la presidencia, han permanecido guardando un minuto de silencio, al igual que
el público puesto en pie, como homenaje póstumo al que fue modelo de
empresarios, Don Pedro Balañá Espinós.
Decíamos
que para esta novillada de presentación del hijo de Armillita se había formado
un cartel de auténtico lujo. Como compañeros del debutante, Andrés Torres “El
Monaguillo” y Paco Pallares. Gran entrada y tarde fría.
El
debutante, joven espada mejicano, ha causado una excelente impresión. Seguro,
dominador y muy puesto, no ha pasado por ese obligado bache que sufren los
diestros aztecas cuando se enfrentan con los toros españoles. La novillada,
encastada como era de esperar, tenía mucho que torear. Había que ser y sentirse
torero y el muchacho lo ha sido y se ha sentido. Buen capeador, variado y
profundo y excelente muletero, ha lucido mucho al manejar ambos engaños. Su
primer trasteo muleteril ha sido acompañado por la música y las continuas
aclamaciones del respetable y ambas manos las ha movido con temple y
conocimiento. Ha sido una lástima que el acero no lo haya empleado con acierto,
pues hubiera sido premiado con algún trofeo. Genio y temperamento tuvo su
segundo, que le cogió por el muslo y cuando le quiso meter la cabeza en el
suelo, el mismo diestro se hizo el quite girando sobre sí mismo. Faena de
torero de amplios recursos, dominador y valiente pero de nuevo deficiente con
el estoque. En ambos fue ovacionado y ha dejado un grato sabor. Aquí hay
novillero de mucho interés.
Torpón
y sin clase fue el primero de la tarde, al que recibió El Monaguillo con unos
excelentes lances a la verónica que formaron el primer alboroto en los
tendidos. El novillo llegó a la muleta con corta arrancada y poniendo al
diestro los pitones en el pecho. Pero estaba visto que el acólito estaba
dispuesto a triunfar de forma clara y a fuerza de exponer, a fuerza de hacer
alardes de torería, le cuajó una excelente faena que tuvo amplio eco en las
ovaciones, los olés y el acompañamiento del pasodoble torero. Faena emotiva, de
entrega de un torero que viene pisando firme, de un novillero que sabe estar en
novillero, pero con hondos acentos de matador de toros. Un gran pinchazo y una
entera y consigue una gran ovación con aletear de pañuelos que el espada recoge
modestamente desde el tercio. Parecía decir que no era aquello lo que él
deseaba, no era eso, no. Había otra letra de cumplimiento inaplazable en el
cuarto y allí fue a por ella. Como principio a la gran obra torera, cuatro
ayudados de quietud marmórea, cuatro muletazos en los que el diestro de Málaga
se pasó a su enemigo por la faja con apreturas asustantes. Vino después tras
unos muletazos de tirón, el toreo al natural. Un toreo reposado, magistralmente
concebido y mejor efectuado que tuvo olor, color y sabor a cosa plenamente
lograda. Era dormirse en la suerte, iniciar y rematar a la perfección los pases
fundamentales, con tal templanza, con tal personal maestría que las gentes. Los
aficionados todos, le jalearon alborotadamente. Era que un muchachito de gesto
tímido, de mirar como ausente, estaba toreando recreándose con un toreo en el
que aleteaban los duendecillos de la inspiración mas desbordada. Era, ni más ni
menos que todo el toreo, el toreo eterno, cincelado por la muleta asombrosamente
clásica de este Andrés Torres, de este Monaguillo que marcha a pasos agigantados
a consagrarse como torero. Y la diestra bordó, cadencia y armonía perfecta,
toda la dimensión, toda la mágica amplitud del pase en redondo, de los de
pecho, de los adornos garbosos y torerísimos, Todo el toreo puesto en pié,
dentro de la figura aniñada, como en éxtasis de Andrés Torres “El Monaguillo”.
Y como remate, como colofón magnífico, la estocada entrando a ley y el oportuno
descabello. Vestido blanco de novia tenía la plaza. Oreja, fuerte petición de
otra y triunfal paseo por el ruedo recogiendo toda clase de prendas de vestir
en homenaje multitudinario de desbordado entusiasmo.
Paco Pallares ha estado alegre, garboso y pinturero, pero sus
dos enemigos, uno, el segundo, torpón y de corta arrancada y otro con acusado
genio, de revolverse en un palmo y descolocando, no le han permitido cosas
mayores. Un quite precioso por chicuelinas y otro por gaoneras y dos faenas en
las que pese a las dificultades de sus enemigos ha escuchado ovaciones y
música, pero que tampoco han tenido rápido final con el acero, han dejado el
balance final en aplausos en los dos.
Y nada más, esto ha sido lo que ha dado de sí la novillada de
esta tarde en Barcelona, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches.-
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