TRIUNFAL
ALTERNATIVA DE ÁNGEL TERUEL QUE CORTA TRES OREJAS Y SALE EN HOMBROS EN UNION DE
EL VITI. PEREZ
ANGOSO, GANADOR DEL CONCURSO DE GANADERIAS.
Comentario a la corrida de toros
celebrada esta tarde en Burgos, concurso de ganaderías, según la
manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes. 30-6-67
Eran las seis y quince minutos de la
tarde, cuando entre una gran ovación Santiago Martín El Viti investía de matador
de toros, en presencia de Pedrín Benjumea, al madrileño Ángel Teruel. Y desde este
momento, ha nacido para la historia y para el arte, un matador de toros de
extraordinaria calidad. Un matador de toros completo, un torero fácil y
dominador, poderoso y artista. Un torero que conoce el oficio y que imprime a
todo cuanto hace el sello de los elegidos. Porque en Ángel Teruel hay una
figura. Su prestancia, su aplomo y seguridad en todo cuanto hace, denota en él la
presencia de un torero cumbre. Parece mentira que en poco más de ocho meses
haya podido cuajar este muchacho en la gran figura que es hoy. Ha ganado
madurez, firmeza, sentido torero y ha estilizado su estilo, ha pulido sus
defectos. En esta primera corrida como matador de toros se ha revelado como un
torero de una calidad extraordinaria. Ni un solo mal paso, ni un movimiento que
no haya tenido su porqué o su razón. Sabe estar en la plaza con sentido de
veterano e ilusión de novel. Viéndole templar con capa y muleta, el toreo
parece fácil y nos da la impresión de que podemos hacerlo nosotros mismos,
cuando la realidad es bien distinta. Y es que la mayor dificultad del toreo es
precisamente inferirle esa suprema facilidad, ese hacer las suertes como al
alcance de cualquiera.
Con el capote torea a la verónica
jugando los brazos de maravilla y templando las arrancadas al máximo. Verónicas
lentas, desmayadas, en las que el torero lleva embebido en los vuelos de su
capote a su enemigo con un gusto exquisito. Y en el segundo tercio, un maestro
pleno de dominio, pletórico de facultades, elegante sencillez en el cite y en
el cuadrar con hábil maestría tanto en los pares de poder a poder como al
quebrar con limpieza.
Y a la hora de requerir la franela, ya se
ha llegado al convencimiento de que nos hallamos ante un figurón del toreo, ese
que ustedes, aficionados, han visto por televisión mostrar su sabiduría y temple
en la sencillez de sus muletazos, la natural belleza de sus naturales, de sus
pases de pecho y sobre todo, el sentido de la medida, del ritmo que tiene su
muletear. Y cuando su segundo toro le coge, no vuelve la cara y sigue tan
sereno y tranquilo, sin alardes espectaculares. Después con la espada, templada
y firme, está dentro de lo que debe ser y pasaporta a su primero de estocada
que precisa dos golpes de cruceta por amorcillarse el toro. Al que cierra
plaza, lo fulmina con un superior espadazo y si en el primero tuvo el galardón de
una oreja con petición de otra y vuelta triunfal, en este le premian con las
dos orejas y el rabo con salida en hombros entusiasmada.
Santiago Martín El Viti está
soberbiamente valiente, extraordinario de poderío con el segundo de la tarde,
una res que tiene acusado genio y aspereza. Uno de esos toros que de no haber caído
en las manos maestras del salmantino, hubieran desarrollado lo que en ellas no
desarrolló. Y es que Santiago toreó y lidió con capa y muleta realizando una
excelente labor, plena de exposición al revolvérsele el toro y buscarle con
malas intenciones, pero al que venció con inteligencia y dominio y al que mató
de dos pinchazos, estocada y dos golpes de cruceta. En el cuarto estuvo cumbre,
tanto con el capote como con la muleta. Sus verónicas de hondos acentos
tuvieron ese sello de calidad que distingue a su toreo. Y con la muleta, entre
el general entusiasmo, realizó una brillantísima labor torera de la que
destacaron los redondos, naturales y de pecho, así como los molinetes,
afarolados y desplantes. Mató a este toro de una gran estocada en la que
ejecutó soberanamente la suerte del volapié y tras descabellar a la primera, le
otorgaron las dos orejas y el rabo en medio del mayor entusiasmo y dando una
celebrada vuelta al ruedo, recogiendo toda clase de prendas de vestir. El toreo
señorial y majestuoso de El Viti había estado presente en su mayor pureza. Al
final le pasearon en hombros y le sacaron así de la plaza.
Pedrín Benjumea, este Pedro el Terrible
del toreo, sigue empecinado en lograr un puesto de figura preeminente de la
fiesta. Su enorme valor, su entrega constante, su celo y su casta de torero
íntegro le hacen dar todas las tardes y en todos los toros el máximo. Esta
tarde se ha arrimado como una fiera en sus dos enemigos, a los que ha aguantado
de forma impresionante y a los que ha toreado con el capote con apreturas y
buenas formas y le ha realizado dos tremendos trasteos muleteriles. Dos faenas
de enorme emoción que han hecho que brotasen el muchas ocasiones el amargo
grito del ay! que quedaba truncado por el jubiloso olé. Metido en terrenos de
compromiso, en esas parcelas mortales por las que solo andan los toreros de
leyenda y alboroto, Pedrín Benjumea ha toreado cuanto ha querido, haciendo
derroche de su valor enorme, de su casta tremenda, que le hace jugarse
estoicamente la vida llevado por su afán de triunfo, Pudo haberle cortado las
orejas a su primero, pero tres entradas con el acero y dos descabellos dejaron
el premio en una gran ovación con saludos. Con el quinto, de Bohórquez, que
saltó al callejón, estuvo tremendo de valor en una faena iniciada con unos
naturales y ligados pases de pecho, en los que se pasó a su enemigo a la mínima
distancia, entre el clamor de los tendidos. Mató de pinchazo y una gran
estocada y hubo oreja y petición de otra para Benjumea, que recorrió el ruedo
en triunfo.
Entre los toros tercero y cuarto
actuaron los hermanos Peralta, que tuvieron una brillantísima actuación. Ambos
hermanos, con un toro de doña Pilar Herraiz, rivalizaron en alardes de monta y
doma y en medio de grandes ovaciones prendieron con su habitual maestría
rejones y banderillas a una y dos manos, así como la rosa. Tres rejones de
muerte pusieron a la res, a la que finalmente Rafael descabelló certeramente.
Ambos hermanos fueron premiados con las orejas de su enemigo, con cuyos trofeos
pasearon en triunfo por el ruedo.
Se lidiaron toros de Samuel Flores,
Garzón, Antonio Pérez, Pérez Angoso, Bohórquez y Amelia Pérez Tabernero. El
trofeo en disputa entre las vacadas fue ganado por el toro de Pérez Angoso.
Y por hoy nada más, hasta mañana a esta
misma hora, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches.-
* todas las crónicas de la Feria de Burgos 1967 en:
http://www.segunlamaneradever.com/products/burgos-feria-de-inauguracion-de-la-plaza-29-6-a-2-7-67/
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